Discriminación al turista con poca oportunidad adquisitiva de realizar turismo
Las
clases medias de España se han empobrecido a raíz de la crisis y se ha creado
una clase ‘’low cost’’ que la forman personas que disponen de menos renta pero
aspiran a seguir viajando a menores precios. Por otra parte, un 40% de españoles, no se puede permitirse salir de vacaciones.
Esto
ha creado una discriminación hacia
los turistas que no pueden permitirse un turismo con un alto gasto económico y que no les permite viajar a los destinos deseados. A continuación
vamos a explicar esta situación de discriminación con ejemplos reales.
El
primer ejemplo se trata de Cuba y
sus cayos turísticos.
El acceso a estos cayos es restringido para la mayoría
de los cubanos debido a sus altos precios. De
hecho, entre estos cubanos se ha creado el término de “cayocracia” nacional
para remarcar que es una mínima parte de la sociedad cubana la que puede permitírselo,
entre los que se funcionarios estatales y exitosos cuentapropistas.
Una noche con "todo incluido" en el Hotel
Meliá Cayo Coco, por ejemplo, cuesta unos 169 dólares. El salario promedio de
un cubano es de unos 23 dólares mensuales
Esa cayocracia está formada por personas con
negocios en la isla, pero lo forman la corrupción que hay en Cuba. Estas personas
son las únicas que pueden ir al Cayo ya que para las demás personas es
imposible e inalcanzable poder ir.
Otro ejemplo práctico de esta discriminación lo
encontramos en Ámsterdam.
Ámsterdam está estudiando subir la tasa que se aplica
a los turistas que pernoctan en la ciudad. Se pretende aplicar un impuesto de
10 euros por noche y por persona, capaz de tener influencia en las grandes
cifras turísticas de la ciudad.
La razón por las que se está planteando el aumento
de la tasa es que la ciudad tiene muchos turistas que únicamente van al barrio
rojo y que no dejan dinero en la oferta complementaria. De esta manera, con
este impuesto, estos turistas dejarían de ir y solo seguirían yendo a la ciudad
los que tienen dinero. Por lo que se trata de buscar al turista millonario, al
que gasta.
Se trata, evidentemente, de un acto discriminador.
No es discriminar por razón de sexo, raza o religión, pero es discriminar por
razón de poder económico, que no deja de ser discriminar entre turistas con un alto nivel adquisitivo y los turistas con dinero suficiente para viajar pero que no pueden permitirse un gran gasto.
Esto se debe a que actúan con una política de discriminación de precios con la intención de diferenciar el producto y así destinarlo a un público más exclusivo con mayor capacidad adquisitiva
ResponderEliminarMe parece una realidad cruel donde las clases medias y bajas no pueden disfrutar de la misma forma de sus viajes.
Buen blog me ha gustado esta publicación ✌